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Pureza, fidelidad y libertad sexual: el secreto para un matrimonio pleno

  • Foto del escritor: Tania Herrera Y Cairo
    Tania Herrera Y Cairo
  • hace 2 días
  • 4 Min. de lectura

Descubre cómo la pureza, la fidelidad y la verdadera libertad sexual pueden transformar tu matrimonio, traer plenitud a tu vida en pareja y cerrar puertas al dolor.

Pareja feliz que disfruta de un matrimonio pleno basado en pureza, fidelidad y libertad sexual.

Vivimos en un mundo que ha distorsionado la sexualidad: la presenta como entretenimiento, la normaliza fuera del matrimonio y la mezcla con prácticas que contaminan hogares.


Pero la verdad es que Dios creó el sexo como algo hermoso, santo y placentero dentro del pacto matrimonial.


Hoy quiero hablarte de cómo la falta de pureza, la infidelidad o la falsa libertad abren accesos que dañan no solo tu vida, sino también la de tu esposo o esposa, tus hijos y hasta tu estabilidad personal y financiera.


Puertas espirituales = dar acceso a influencias negativas que terminan afectando tu mente, tu matrimonio, tu familia y tu futuro.


El objetivo no es asustarte ni señalarte, sino mostrarte que sí existe un camino de restauración y plenitud en el diseño de Dios.


1. Pureza: guardar tu corazón y tus sentidos


La pureza no significa vivir reprimido ni apagar el deseo, sino saber hacia dónde dirigirlo: hacia tu esposo o esposa. Dios diseñó la atracción y el placer, pero el enemigo quiere distorsionarlos desde la raíz.


Jesús lo dijo claramente:

“Cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.” (Mateo 5:28)

 

Pureza = dirigir tu deseo hacia tu pareja, no hacia fantasías, pantallas o terceros.


Ejemplos reales de pureza

  • Decidir no quedarte viendo lo que sabes que despierta pensamientos incorrectos.


  • Decirle “no” a series, películas o redes sociales que enganchan tu mente.


  • Reconocer que la masturbación, aunque parezca inofensiva alimenta un placer egoísta que desvía tu deseo de tu pareja.


  • No caer en la mentira de que “todos ven porno, no pasa nada”, porque sí pasa: contamina tu mente, crea comparación y abre puertas difíciles de cerrar.


Consecuencias de perder la pureza

  1. Vacío y vergüenza personal.

  2. Adicciones escondidas (pornografía, fantasías, masturbación).

  3. Distancia emocional con tu esposo o esposa.

  4. Herencia dañada para tus hijos.

  5. Puertas abiertas en lo espiritual a la lujuria, adicción o desvalorización.


 La pureza protege tu corazón, dirige tu deseo y fortalece tu matrimonio.


2. Fidelidad: el pacto que sostiene tu hogar


La fidelidad no es solo no tener otra pareja, sino también guardar pensamientos, palabras y actitudes que honran a tu esposo o esposa, y sobre todo a Dios.


La Biblia lo dice así:

“Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.” (Hebreos 13:4)


Fidelidad = cuidar tu corazón, tu mente y tus palabras, no solo tu cama.



Ejemplos reales de fidelidad

  • Aunque en el trabajo alguien te sonría de más, recuerdas que ya tienes un pacto y no juegas con fuego.


  • Aunque un ex te busque “por curiosidad” en redes, decides no abrir esa puerta.


  • Aunque tengas diferencias con tu pareja, no lo exhibes ni lo comparas con otros.


Consecuencias de la infidelidad

  1. En ti: culpa, vergüenza y un corazón dividido.

  2. En tu matrimonio: la confianza tarda años en construirse, pero puede derrumbarse en segundos.

  3. En tus hijos: cargan heridas que no pidieron, crecen inseguros o temerosos de repetir la historia.

  4. En lo espiritual: accesos abiertos = ciclo de infidelidad que se repite de generación en generación.


 No basta con dejar bienes materiales a tus hijos; la herencia más valiosa es un legado de fidelidad y amor.


Y si has caído, recuerda: Dios es experto en restaurar lo que parecía perdido.



3. Libertad sexual: disfrutar sin contaminación


Dios no diseñó el sexo como un tabú ni como un simple medio de reproducción. Lo creó para que fuera un regalo pleno, íntimo y gozoso dentro del matrimonio.


El apóstol Pablo lo explicó así:


El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido. (…) No os neguéis el uno al otro… para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia.” (1 Corintios 7:3-5)


Libertad sexual = disfrutar con tu pareja sin culpa, con respeto y con amor.


Ejemplos de libertad sexual saludable


  • Poder disfrutar de tu esposo o esposa sin culpa ni vergüenza.

  • Hablar con confianza sobre lo que les gusta y lo que no.

  • Entender que tu cuerpo le pertenece a tu pareja, no para manipulación, sino para entrega mutua en amor.


Cuando la libertad se convierte en esclavitud


El problema surge cuando confundimos libertad con libertinaje:

  • Presionar a la pareja para aceptar prácticas incómodas o dañinas.


  • Usar la intimidad como manipulación o castigo. La verdadera libertad sexual no es hacer “lo que sea”, sino disfrutar lo que fortalece el amor y la unidad con tu pareja.


  • Imponer conductas que generan dolor en lugar de unión.


El camino a la restauración


La pureza guarda tu corazón y tus sentidos.

La fidelidad protege tu pacto matrimonial.


La libertad sexual, cuando se vive en el diseño de Dios, bendice tu matrimonio y lo llena de alegría.

Fuera de ese diseño, lo único que se abre son puertas de dolor que tarde o temprano se reflejan en el matrimonio, en las finanzas, en el desarrollo personal y en el legado familiar.


Pero en Cristo siempre hay un camino de restauración.


Hoy no es tarde para pedir perdón, cerrar accesos al enemigo y decidir dejar una herencia espiritual de bendición.


¿Oramos?


“Señor, gracias porque tu diseño para el matrimonio es perfecto.


Hoy reconozco que muchas veces he permitido pensamientos, actitudes o prácticas que no te honran.


Te pido perdón y te entrego mi corazón, mi cuerpo y mi matrimonio.


Llévame a vivir en pureza, en fidelidad y en libertad santa.


Haz de mi hogar un lugar de tu presencia y de tu bendición, para que lo que deje a mis hijos sea un legado de amor y de fe.


En el nombre de Jesús.

Amén.


Si este mensaje te habló, quizá también quieras leer:

Ayuda Idónea: Relaciones Sexuales en el matrimonio según el Plan de Dios


 
 
 

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